No toda la evolución biológica es adaptativa. También hay una evolución neutral dominada por las fuerzas del azar. Tampoco podemos suponer de entrada que los rasgos de un organismo son todos adaptativos o funcionales, que lo sean es una hipótesis que habrá que confirmar en cada caso.
No todo lo funcional es óptimo. La adaptación biológica es el resultado tosco de muchos accidentes acumulados, cada uno de los cuales aprovecha las estructuras heredadas de los anteriores. La adaptación biológica no optimiza, simplemente selecciona entre la variedad disponible. La selección natural escoge lo menos malo de entre lo que hay. Da cuenta de la adaptación al medio de la funcionalidad de los órganos, sin recurrir a ideas como la intencionalidad o el diseño.
La selección natural no actúa sobre todos los diseños posibles, sino sólo sobre algunas variaciones aleatorias de unos pocos esquemas arcaicos. Son las fuerzas del azar las que forjan la variabilidad genética, las alternativas entre las que la selección natural tiene que escoger. Solo a base de acumular trucos, chapuzas y suerte, los organismos consiguen sobrevivir provisionalmente.
La teoría de la evolución por selección natural no explica, ni predice, el curso concreto de la evolución de las especies, simplemente muestra que es consistente con las leyes de la física. Nada sucede en el universo que esté prohibido por la física, pero las leyes de la física permiten muchas rutas alternativas. La teoría de la evolución nos proporciona el único esquema teórico conocido en el cual es posible encajar los datos eventuales relativos a los seres vivos de un modo coherente y compatible con el resto de la ciencia.
Los libros de texto tienden a ilustrar la evolución con ejemplos de diseño óptimos. Pero el diseño ideal es un argumento pésimo en favor de la evolución, ya que imita la acción postulada de un creador omnipotente. Las extrañas disposiciones y las soluciones singulares constituyen la verdadera prueba de la evolución, caminos que un dios sensato jamás hubiera adoptado pero que un proceso natural, se ve obligado a seguir.Proceso que transforma estructuras existentes, y a veces inútiles, en algo distinto que a su vez demostró su utilidad para otros fines.
Veamos algunos ejemplos de este bricolage evolutivo:
- Cruce de los tubos digestivo y respiratorio.
El conducto que lleva el aire de la nariz a los pulmones se cruza en la garganta con el que lleva la comida de la boca al estómago, con el consiguiente peligro de axfisia en casos extremos.
- Absurdo trazado de los conductos seminíferos y urinarios.
Los mamíferos machos tienen una temperatura interna demasiado elevada para la normal producción de espermatozoides, por lo que sus gónadas, los testículos, han descendido (filogenética y embrionariamente) desde su ancestral posición interna a la posición externa del escroto. Al descender los conductos deferentes se han quedado colgados de los uréteres. Aunque los testículos están muy cerca de la uretra, en la que vierten el semen, éste se ve obligado a realizar una larga expedición por un conducto innecesariamente largo y tortuoso.
Mi ejemplo preferido de mal bricolage evolutivo ha sido siempre la rabadilla.
Bien, ese apéndice como residuo de lo que fue una cola ascentral, evolutivamente se entiende, de otro modo no.
Sin embargo cuesta creer que los antievolucionistas propugnadores del DI no se den cuenta que no tiene sentido diseñar una cosa que solo sirve para que cuando te caigas de culo duela horriblemente. ¡Eso si no te lo fracturas!. ¿Donde está la inteligencia del diseñador?, ¿o quizá estamos hablando del diseñador cabroncete?
O dicho en otras palabras. A que diseñador «inteligente» se le ocurriria la brillante idea de colocar un servicio de desechos sanitarios tan, pero tan cerca del area recreativa 🙂
(ISA)
«expedición por un conducto innecesariamente largo y tortuoso»
(Miguel Angel)
¿tortuoso? Seguro que lo diras desde el punto de vista de los espermatozoides, porque desde el punto de vista del individuo no es precisamente tortuoso 🙂
(ISA)
«las alternativas entre las que la selección natural tiene que escoger»
(Miguel Angel)
Creo que parte de la dificultad para comprender la evolucion tiene que ver con el lenguage. Cuando se dice «escoger» pareceria que la evolucion tiene voluntad, deseo y criterio para «decidir» lo que prefiere o lo que le gusta, cuando en realidad no es asi.